24 de abril de 2009
Confesión a la Tierra
Autor/es: Carlos Alberto Rodrigues Alves
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Señor:
Te damos gracias por nuestro pequeño planeta tierra,al que hiciste azul, igual que el cielo lleno de energía que nos hace
ser hermanos del agua, del fuego, de la tierra y del aire en primaveras que, de veras,veranean el invierno de nuestros otoños.
Perdónanos por la profanación hedionda
del templo lleno de hollín.
Por la crueldad a la que sometemos a los ríos y mares, por la ganancia impuesta
a nuestros bosques, por los deshabitados desiertos-áridos-transformados en-tierras-
malditas y por los infernales jardines-anti-edén-de árboles-atómicos construidos por los seres del mal.
Nos comprometemos en nombre del arco iris,
que todavía conecta la tierra y el cielo,
en nombre de los pocos selváticos y de los pieles-rojas, sobrevivientes al progreso,
a buscar, todos los días, el espíritu de la vida, presente en el viento y en la nube que navegan en la graciosa gotita de rocío
y en la fina flor de la verde hoja.
Y también a trabajar, como hermanos del sol y de la luna, para que todos vean que la naturaleza es el rostro risueño de Dios.
Y, así, cuando volvamos un día al vientre de la Madre-tierra (pues somos tierra y para ella volveremos) habremos dejado vivas las esperanzas y la nostalgia de quien estuvo,
constantemente, buscando un nuevo cielo...
que es la nueva tierra.
Carlos Alberto Rodrigues Alves (traducción/adaptación Inés Simeone)
Extraído de Culto Arte - celebrando a Vida - tempo comum
Organizador Rubem Alves
Palabras relacionadas
tierra, cielo, nuestros, hermanos, es