Red de liturgia

Lector/a 1:
Querido Dios,
te llamamos Padre y así te sentimos.
Te abrimos nuestro corazón con confianza de hijos y de hijas,
para contarte nuestras cosas,
para decirte que te necesitamos en medio de nosotros,
en medio de nuestras alegrías
y también en nuestros momentos difíciles.
Te necesitamos riendo con nosotros
y abrazándonos cuando estamos tristes,
o cuando dudamos,
y cuando sufrimos.
Te necesitamos cercano a lo que nos pasa.
Y sabemos que en la oración
estamos muy juntos
y podemos hablarnos
y hasta entendernos.

Lector/a 2:
Señor, vivimos en un mundo quebrantado por el hambre,
la pobreza, la guerra,
los odios que terminan en tantas formas distintas de violencia.
Somos parte de un mundo injusto, soberbio, intolerante.
Y sentimos miedo
y no sabemos bien cómo vivir nuestra fe
y cómo ser buenos creyentes, buenas personas.
Ayúdanos a ser mensajeros de esperanza,
luz en medio de la oscuridad,
un poco de calor ante el frío de la insensibilidad.
Danos la fuerza necesaria
para poder ser signos de tu Reino,
que es amor, que es respeto,
que es dignidad, que es justicia;
que es un gran abrazo de hermanos y hermanas;
que es superación de barreras, de odios, de prejuicios,
que es armonía, encuentro, entendimiento,
y que, por sobre todas las cosas, es posible.

Lector/a 1:
Querido Dios,
te pedimos que nos enseñes a hacer tu voluntad,
a mirar más allá de nosotros para encontrar tu camino,
que es vida para todos.
Inspira a quien hoy nos va a proclamar tu Palabra,
que en su voz podamos oír tu Voz.
Afiánzanos en el camino del ecumenismo,
en el encuentro con otras iglesias
para ir caminando y creciendo juntos
hacia la plenitud de la unidad y el testimonio común.
Como parte de tu pueblo,
te queremos pedir que nos bendigas,
que nos protejas, que nos animes,
que nos cuides y que nos impulses
para servirte con fidelidad.
Te pedimos que guíes a esta iglesia,
que inspires al Consejo (Junta Directiva, Comisión Parroquial, etc.),
que dirijas al pastor,
que muevas a cada miembro,
para que, entre todos,
sumando esfuerzos, dones,
tiempo, voluntad, ganas, oración,
hagamos crecer tu Reino.

Lector/a 2:
Señor,
cuida de los que tienen la salud débil,
a los que están en hospitales, en asilos,
acompaña a los que sufren la soledad,
consuela a los que viven tristes,
afirma la fe de los que dudan;
que todos puedan sentir
que eres un Dios que esté cerca,
que se preocupa de las cosas simples
que nos pasan cada día.
Danos un corazón agradecido
por cada nueva mañana que nos regalas
y danos esperanza para esperar
en tu amor y misericordia.
Por Jesucristo, tu Hijo y nuestro hermano,
te lo pedimos. Amén.