24 de abril de 2009
Siete palabras de vida
Autor/es: Obed Juan Vizcaíno Nájera
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-I-
En medio del dolor
y la maldad de un imperio,
está Jesús abandonado.
Un grito desgarrador
del hombre olvidado,
solo en medio de su dolor,
en la inminencia de la muerte.
-"Elí, Elí, lema sabactani"-
-"Dio mío, Dios mío,
¿Por qué me has abandonado?-
En su abandono de muerte,
nos da verdadero ejemplo
para tomar nuestra cruz
y abandonarnos en sacrificio,
en servicio autentico,
a luchar por los que sufren.
-II-
Perdón,
noble gesto del Dios moribundo.
Perdón para el asesino,
no hay rencor.
Perdón para la humanidad,
para quienes con sus actos
demuestran ignorancia.
Segunda mejilla,
otra oportunidad,
posibilidad de reconstruir
nuevas relaciones,
novedad de vida,
un mundo Otro,
Nueva Humanidad.
-III-
El que sufre,
nos ofrece desde su dolor,
la esperanza de un paraíso.
Tierra nueva y distinta,
país de libertad,
Jubileo.
Paraíso para todos y todas,
lugar de encuentro y paz.
Continente liberado,
mundo de solidaridad,
justicia y pan en abundancia.
Paraíso para nuestra realidad,
para nuestro Kairos de esperanza.
-IV-
Encomendemos a Dios
nuestros espíritus,
Nuestras vidas en plenitud.
Al Dios revelado en humanidad,
ofrezcamos nuestras luchas,
en solidaridad con los que sufren.
En tus manos Dios,
Descansan nuestros afanes.
Nos confiamos a ti,
en tu pueblo en nuestra tierra.
En tus manos encomendamos
los sueños de cada día,
nuestra solidaridad.
Somos y nos movemos,
en tu voluntad y Soberanía.
-V-
Ahí,
en nuestras calles,
en la mujer que sufre
la injusticia de la pobreza,
En el niño y la niña que lloran
el dolor diario del hambre,
nos haces una sola familia,
extendida en amor y solidaridad.
Nos haces Iglesia comprometida,
nos convocas a la unidad.
Nos enseñas a ser Comunidad,
a construir la Nueva Sociedad,
a ser verdaderamente tu pueblo.
No estamos solos en la lucha,
ni abandonados en el dolor,
Somos uno con el que sufre,
Uno en ti.
-VI-
Tenemos sed,
por el sufrimiento de los más débiles,
por la destrucción del mundo,
la tierra que con amor nos diste,
para cuidarla y cultivarla,
para alimentarnos.
Esta sed,
nos consume como fuego,
por la falta de igualdad.
Tu pueblo tiene sed de justicia,
de tu justicia divina.
Solo se calmará esta sed
con nuestra lucha,
con nuestra responsabilidad
para reconstruir este mundo
que tú nos has dado.
Llena cada día nuestras vidas,
con esta sed de hacer tu voluntad
en la tierra como se hace en el cielo.
-VII-
Todo está cumplido,
has vencido con tu muerte
las cadenas odio y explotación.
Todo está cumpliéndose en quienes
luchan incansables todos los días,
por Un mundo Otro y Distinto,
por una sociedad más justa,
por la Nueva Humanidad.
Todo se cumplirá plenamente,
cuando venga tu reino.
Cuando resuciten contigo
todos los pueblos del mundo.
Obed Juan Vizcaíno Najera.
Maracaibo-Venezuela.
11 de Febrero 2007.
Palabras relacionadas
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