Red de liturgia

CLAI - Consejo Latinoamericano de Iglesias

Inicio | Quiénes somos | Enlaces

20 de septiembre de 2013

Un estudio del Salmo 85

Visto: 15682 veces

“Para un ecumenismo de gestos concretos”: la justicia y la paz se abrazan

Un estudio del Salmo 85

Tirsa Ventura[1]

Conociendo la realidad del salmista por medio de la poesía

Del maestro de coro. Salmo de (en referencia a) los hijos de Coré.

 

2Propicio (favorable) has sido, Yavé (Dios), con tu tierra.

                                    Has hecho volver a los cautivos de Jacob

                                                3Has quitado la culpa (iniquidad) de tu pueblo

                                  Has cubierto todos sus pecados

                                              4Has retirado todo tu furor

                                Has desistido del ardor de tu cólera (ira)

 

5Haznos volver, Dios (Elohim) de nuestra salvación,

                            Cesa en tu irritación contra nosotros

                                  

                                  6¿Vas a estar siempre airado con nosotros?

                                   7¿Prolongarás tu cólera de edad en edad (por generación)?

                                  ¿No volverás a darnos vida para que tu pueblo en ti se regocije?

8¡Muestrános tu amor, Yaveh

y danos tu salvación

                     

 

9Voy a escuchar de qué habla Dios (Yaveh).

                                  Sí, (es que) Yaveh habla de paz para su pueblo

                                                                                          y para sus amigos (devotos)

10Ya (justamente) está cerca su salvación para quienes le temen

           Y la Gloria morirá (habitará) en nuestra tierra

                                                          11Amor  (misericordia) y Verdad se han dado cita (encontrado)

                                          Justicia y Paz se abrazan

                                                                                                           12La verdad brotará (germinará) de la tierra

                                                                                                 Y de los cielos se asomará la Justicia.

13Es que Yavé dará la dicha (lo bueno)

      Y nuestra tierra su cosecha dará

 

14La justicia marchará delante de él

             Y con sus pasos trazará un camino

 

 

Palabras clave:

Tierra, cielo, gloria (amor y verdad; justicia y paz, salvación, ira

 

 

 

Algunos comentarios-

Primeramente me interesa destacar que los salmos representan una interpretación de la historia donde se combina razón y emoción. Por lo tanto, se trata de textos donde se expresa, de forma más llana, la capacidad emocional de las personas que más sufren. Por esta razón, autores como Milton Schwantes y Carlos Mesters no pierden tiempo en afirmar que los salmos tienen a los empobrecidos como sujetos. Estas poesías están formuladas a partir de las experiencias de sufrimiento y pobreza, de quienes sus cuerpos y su salud están a la margen en la sociedad. Específicamente, en relación al Salmo que es nuestro objeto, quienes e están contando la realidad son personas para quienes la salvación está lejos, se les ha ido, se trata de personas que no tienen “paz” y como consecuencia la “justicia” tampoco existe.

 

En segundo lugar, vale recordar que el Salmo 85 forma parte del tercer libro, de los cinco en los que se divide el Salterio: Salmos 73-89. Esta división contiene los salmos de Asaf (73-83) y los de Coré (84-88). Asaf era el antepasado de una familia de levitas que desempeñaban el oficio de cantores de los hijos de Coré, es decir, sus descendientes (Nm 16; 26:9-11), pasaron a cumplir diversas funciones en el santuario (1Cr 6:37;26: 1). Ambos grupos de cantores, cantaban en los cultos del templo (2Cr 20:19; Esd 2:41; Neh 7:44).

 

Llama mi atención, que los hijos de Coré fueron quienes se rebelaron contra la autoridad de Moisés y Aarón en el desierto, diciéndoles:

 

¡Basta ya de privilegios. Todo el pueblo ha sido consagrado por Dios, y el Señor está con todos nosotros. ¿Por qué se levantan ustedes como autoridad suprema sobre el pueblo del Señor?

 

En el Salmo 85:10-13, se pueden detectar los cuatro atributos divinos –misericordia (amor), verdad, justicia y paz- los cuales son personificados, revelando el trato que Dios da a su pueblo. Además, el salmista conoce la teología sacerdotal. Son “cielo” y “tierra” los que perfilan la fe en Dios. Sin embargo, el salmista no está alabando esa teología sacerdotal, sospecho que más bien la está criticando. En este sentido, se trata de un salmo que combina súplica con confianza. Y puede ser dividido en tres estrofas:

 

En la primera estrofa, v.2-4 se trata de la memoria sobre la benevolencia de Dios para con su tierra. Es interesante que dos veces está el término “tierra”, la próxima vez será en la tercera estrofa. Significa que aparece abriendo  y cerrando. Esto me dice de la centralidad del tema tierra, pero también de la unidad del texto. Se puede afirmar que el objeto de preocupación es la tierra. Es por la tierra que se recuerda la memoria, de lo benevolente que fue Yaveh (Dios).

 

Es interesante que en la primera estrofa el término - “tierra“- está relacionado con la gente, más específicamente, con Jacob. En este sentido, lo que se destaca es la relación del pueblo con Yaveh. Aquí el pueblo ha cometido iniquidad, es culpable. Dios ha “encubierto” sus pecados. A pesar de la actuación del pueblo, Dios ha desistido de su cólera. Se revela, entonces, a un Dios que retira su furor. Este pensamiento está claramente en contra de la retribución. Pues, aquí, aunque se haya portado mal, “con iniquidad”, Dios le ha sido favorable al pueblo.

 

La segunda estrofa, v.5-8,  abre y cierra con un imperativo: “Haznos volver” y “Muéstranos tu amor”. Ese amor no tiene otra manera de ser mostrado, sino a través de “cesa en tu ira contra nosotros”. Y, lo interesante es que por medio de dos preguntas se explican las razones por qué Dios debe cesar su ira:  “¿vas a estar siempre airado”? y ¿prolongarás tu cólera por generación”? Estas preguntas revelan la desesperación que está viviendo el pueblo, pero también muestra la crítica a una imagen de Dios que castiga. Paralelo a este cuestionamiento, una imagen de Dios distinta. Hay un fuerte pedido a que Dios muestre su “amor”. El amor no puede ser mostrado de otra manera que no sea concreta: dejando su cólera y devolviendo la salvación (suerte) al pueblo.

 

La tercera estrofa v.9-13), abre con el compromiso del pueblo. Este compromiso está basado en la promesa de escuchar a Dios. Y esto también tiene una razón, pues no se escucha cualquier cosa. Ya se sabe, Dios habla de paz para su pueblo y para sus amigos. Al reconocerse temiente de Dios, v.10, la Gloria habitará en la “tierra”. Se trata de una Gloria en el horizonte de la “verdad”, el “amor”, la “justicia” y la “paz”. Y más todavía, “y nuestra tierra su cosecha dará” (v.13). Así cierra esta estrofa, volviendo a la primera, cuando Yavé fue benevolente (favorable) con “tu tierra” (v.2).

 

Sobre el contexto:

\"http://2.bp.blogspot.com/_9yEHkpFzoP4/SOG5aHYWBiI/AAAAAAAAADQ/Yp9AbB9SrGg/s320/Agricultoras.png\"Son muy fuertes las palabras del salmista, pero hay dos frases que me dejan paralizada en la última estrofa, los v. 10-12, son contundentes: “la verdad brotará de la tierra”, “de los cielos se asomará la justicia”. Estos versículos parecen apocalípticos. 

¿Qué es esa verdad que brotará (germinará)? Y ¿qué es esa justicia de los cielos? Si entre el cielo y la tierra se manifiesta la fe en Dios que da lo bueno (v.13). Entonces, puedo pensar que este salmo se enmarca en un contexto, donde la gente del campo está pidiendo, realmente, por la manifestación de Dios, de no ser quitados de la tierra.  Parece tratarse del pos exilio. En ese sentido, estaría el salmista en contraste con lo planteado por Ez 47 y el agua que brota del templo.

 

En el salmo se plantea que no es del templo, sino de la tierra y lo que germina de la tierra es semilla, es comida. Por esto, puedo afirmar que es una crítica a la teología sacerdotal, ya expresada en la referencia a los hijos de Coré. Trabajadores del templo, pero que no están de acuerdo con la teología sacerdotal, sino con la teología de la tierra y de la justicia. Es bien interesante que desde el inicio está el reconocimiento que Dios ha sido bueno no con su pueblo, sino con “tu tierra”.

 

La justicia no sale del templo, sale del cielo (v.12). Eso es bien interesante. Puedo así pensar que estos elementos posibilitan el ecumenismo. No hay control del templo! El ecumenismo surge de la comunidad que tiene la tierra.

 

Relación con el Ecumenismo

\"http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRYmSFAch-65uqFbiugCBHsK29HREWC_cj7OCuZ0LOlqAmKq1pq2g\"Cuando se habla en ecumenismo pienso siempre en integración, vínculo, ser parte. El propio origen de la palabra lo indica, en la lengua griega. οικουµενε (oikouméne): Tierra entera habitada, lo que suele entenderse  como la tierra común o la casa común. Por esto Leonardo Boff no duda en afirmar que es la única vía de integración espiritual de las naciones. ¿Estará el salmista apelando a integración y no ser expulsados, por los que retornaron? Es por eso, que lo que escuchan, “es que Dios habla de paz para su pueblo y para sus amigos devotos”.

Quiero destacar la preocupación que hay en el Salmo a ser tratado por igual. Si se conoce de la benevolencia de Dios, se confía y, me atrevería a decir, que se exige. Pero tiene que ser una benevolencia concreta: aquella que nace de lo concreto.   Una benevolencia expresada con “tu tierra”, pues es la casa común. Donde debemos estar. Pero se trata no de cualquier estar, sino de un estar que tiene que ver con escuchar el dabar de Dios, siempre en el horizonte de la acción, la cual se traduce en “paz para su pueblo” y “para sus amigos (devotos, quien en él confían)”. Entonces, se trata de un ecumenismo que posibilita el estar también del pueblo y los amigos, que quieren la paz. Una paz en el horizonte siempre de la justicia y de la verdad.

Aquí entra el tema de la verdad – la verdad sólo puede dar cuenta de ella quién está conoce. Justamente, porque no somos Dios. Al decir de Humberto Maturana (2004), “el observador es la fuente de todo. Sin alguien que observe no hay nada. Es el fundamento del conocer…”. Es así, que en el texto, la verdad es descrita desde un horizonte, el horizonte de quien observa lo que brota o germina de la tierra, pero que además se da cuenta que no sería posible ese broto, sino hay amor (misericordia). La verdad no puede ser poseída, justamente porque su referencia es en base al conocer.

 

No se puede comprender el ecumenismo sino a través de la imbricación con el acontecer del otro. De esta forma, el Salmo nos presenta a los “cautivos que regresan” (v2)  y  quienes necesitan que Dios les muestre su amor, “muéstranos tu amor Yaveh” (v.8a). Como bien señala Humberto Maturana (1999, 21), “los seres humanos somos seres sociales: vivimos nuestro ser cotidiano en continua imbricación con el ser de otros. Al tiempo que somos también individuos”. Esto es fundamental para la comprensión de ecumenismo por la que opto,  la conciencia de la casa común, con el cuidado a la casa común, en la línea de la Creación. Esos quienes necesitan ser tomados en cuenta y ser favorecidos, son también “tu pueblo”, y por eso tienen el coraje de cuestionar a Dios: ¿No volverás a darnos vida para que tu pueblo en ti se regocije? Leyéndolo desde una propuesta ecuménica, ellos también hacen parte de la “casa común”.

 

Visto así, el ecumenismo no es un fenómeno físico, es un fenómeno relacional. En este sentido, el ecumenismo como acción relacional tiene que ver con la ética del bien común. La ética que adquiere su forma desde la legitimidad del otro como un ser con el cual uno configura un mundo social. El ecumenismo surge del encuentro en un espacio de acciones y emociones comunes. Es por esta razón que no puede faltar el amor: “amor y verdad se han dado cita” (v.11), siempre en un ambiente de “paz” y de “justicia”.  Y es que hace falta el amor para que las personas que están reclamando ser tratadas con benevolencia puedan ser reconocidas como legítimas, en el sentido que expresa Humberto Maturana “el amor permite conducirse con el otro como legítimo otro” (Humberto Maturana, 1999). Y es que me lleva a pensar en el deseo de armonía que tienen las personas que cantan o reza este salmo. Al entender de Raimon Panikkar (2002), la paz es participación en la armonía del ritmo del ser:

 

 “la paz no significa ausencia de fuerza o de polaridades… No lleva consigo la homogeneización de todas las cosas, significa la participación en el ritmo constitutivo de la realidad, y la contribución armónica a ese mismo ritmo”.

 

La reflexión con este Salmo me ha permitido comprender que mientras tengamos teorías filosóficas que justifican racionalmente la apropiación de la verdad, y no reflexionemos sobre sus principios y fundamentos admitiendo que son creaciones nuestras y no visiones de la realidad no podrá brotar (germinar) un ecumenismo de gestos concretos. Mientras tengamos instituciones, grupos, organismos y no reflexiones sobre ellas, admitiendo que surgen desde nuestra experiencia espiritual y no como revelaciones de una verdad trascendente, habrá holocaustos, grandes o pequeños, porque nos aferraremos a la defensa de nuestras verdades ocultando nuestros deseos, y por lo tanto nuestra responsabilidad en nuestro hacer.

 

¿Quiénes afirmamos un ecumenismo de gestos concretos? Aquellas entidades específicas que se distinguen en el proceso del convivir humano.  En diferentes dominios de realidad.

 

Nota importante:

En la tradición bíblica el cielo se identifica con la divinidad, evitando cronistas y profetas el empleo del nombre divino. El Cielo remplaza la expresión “Dios del Cielo”, una designación corriente en la época persa, 1Mac 2,21; 2Mac 2,21.

La tierra se opone simbólicamente al cielo. Símbolo de fecundidad y regeneración, produce las formad vivas.

 

Referentes Bibliográfico:

Humberto Maturana Romesín, Bernhard Pörksen, Del ser al hacer: los orígenes de la biología del conocer

Luisa Ludwig (traductora del Alemán), Santiago (Chile): Editora Comunicaciones Noreste, 2004.

_________________ Transformación en la convivencia, Santiago (Chile): Dolmen Ediciones, 1999

Gonzalo Flor serrano, Los Salmos: texto y comentarios, Madrid: La casa de la Biblia, 1994

Raimon Panikkar, Paz e interculturalidad – una reflexión filosófica, Barcelona: Herder, 2002.



[1] Docente Investigadora, Universidad De La salle, Costa Rica, 2013

Share

Palabras relacionadas

Para un ecumenismo de gestos concretos”: la justicia y la paz se abrazan

Atras